LA ÉTÍCA PROFESIONA L (II)

Inquietudes

 

La ética profesional (II)

 Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 

Como resultado de la ética reducida al análisis del lenguaje -la metaética- y del temor a prescribir que invadió a los éticos por causa de la obsesión por la neutralidad y la objetividad -imposibles de obtener en la filosofía-, el público) dejó de interesarse por completo en la ética, pues, como dice Adela Cortina, "Los moralistas podían decir cosas discutibles e incluso irritantes pero, por lo menos, decían algo que se podía discutir o podía irritar, mientras que los éticos se enredaban en interminables análisis de términos, juicios y razonamientos, de los que un ciudadano normal no sacaba más claridad, sino un solemne aburrimiento y, aunque resulte curioso, todavía más confusión. Con lo cual la poca clientela que podría interesarse por estos asuntos acabó dejando la tienda vacía".

 

 

Por fortuna, pronto surgió el cansancio entre los seguidores de la metaética, ante la evidencia de que "no hay ningún saber humano en el que no introduzcamos valoraciones". Además, la orientación de la ética en el comportamiento de las personas en los diferentes ámbitos de la actividad humana organizada fue constituyéndose en una necesidad cuya satisfacción es imprescindible y se hace cada vez más apremiante, debido a sucesos como el escándalo político de Watergate, el fraude económico de Enron, el abuso social de la empresa alemana que vendió a sabiendas leche radiactivada en el Tercer Mundo; y como las prácticas de la corrupción política, la endogamia universitaria, la destrucción del medio ambiente, el negocio de la guerra, los experimentos científicos y técnicos con seres humanos, entre otros. La orientación ética en estos ámbitos es, entonces, suministrada por la ética aplicada.

 

Antes de seguir adelante es necesario repetir que la ética aplicada implica, como su nombre lo indica, la aplicación de la ética -a secas- a filosofía moral, con su Ética individual o general y su ética social o especial. Esta rama de la filosofía permanece viva, vigente, intacta, sin las desviaciones de la metaética y de la pretendida neutralidad valorativa, y "rebosa salud". Su lozanía, coma dice Cortina, le viene de haberse atrevido a salir de las aulas y anaqueles para andar por la calle orientando moralmente a la gente en sus actividades organizadas a través de la ética aplicada, con los principios descubiertos en las aulas mediante sus reflexiones. Pero, además, es tanta la importancia de la ética o filosofía moral general, que puede decirse sin lugar a dudas que ninguna persona podrá practicar idóneamente su ética profesional ni ninguna otra ética aplicada, si no practica adecuadamente la ética individual o general. Porque antes de ser un profesional o un practicante de cualquier actividad organizada, un hombre es una persona, es decir, un sujeto moral individual.

 


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