REFUTACIÓN A SARAMAGO ATEO I

 

Inquietudes


Refutación a Saramago Ateo (I)

Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 

En una entrevista a José Saramago, hecha por Ángel Darío Carrero, del periódico La Nación de Puerto Rico, el Nóbel de literatura confirma su condición de ateo. Muy cerca de cumplir 87años de edad, el escritor portugués puso otra vez de manifiesto, en su novela "Caín", su obsesión por el tema religioso, abordado también en sus obras El Evangelio según Jesucristo" y "La segunda vida de Francisco de Asís.

 

Dice Saramago que le parece absurdo pensar en un Dios que desde la nada ha creado todo. Él se considera poseedor de un profundo grado de religiosidad en razón de que está muy atento a lo que acontece a su alrededor, y la religión, precisamente, en sentido etimológico, es lo que une; por eso se interesa en ella aunque le haga "la guerra a la institución religiosa" y aunque no crea en Dios.

 

Saramago acepta que estamos ligados al universo, pero rechaza la inferencia de qua detrás de esta relación hay una causa primera que es Dios, por considerarla una afirmación gratuita y sin base científica. Al respecto lanza la conjetura de que habría dos dioses que gobiernan el universo: la física y la química.

 

Al responder una pregunta sobre la famosa frase de Dostoiewsky "Si Dios no existiera todo estaría permitido", Saramago la califica de conclusión catastrófica en la que él no cree. Sobre este tema el Nóbel expresa: "No se puede decir que cuando he hecho mal a alguien es por el hecho de no creer en Dios. Si deseo hacer daño a alguien y decido no hacerlo, no es porque Dios me toma del brazo para que no lo haga. Es la conciencia interior propia, está en la naturaleza que no puedes hacerlo. En este sentido digo que soy ateo, pero no mala persona". 
Quiero destacar que, según mi interpretación, Saramago se refiere en esta argumentación a la libertad personal o libre albedrio humano, porque esta cualidad de la voluntad es la que permite al hombre tomar decisiones. 


La conciencia moral a que alude Saramago tiene la función de aconsejar, juzgar y sancionar, pero no la de decidir. Esta opinión servirá de fundamento a la primera conclusión de este análisis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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