SALVADOS EN LA ESPERANZA II

 

Inquietudes 12 de diciembre de 2008
Salvados en la esperanza II

Por:  Juan Francisco Pérez Mercado


Es evidente que el progreso, entendido como el progreso cientifico y tecnológico, es vastísimo y vertiginoso, pero debemos reconocer que la posibilidad del mismo se basa en que se trata de un progreso acumulativo, el cual solo puede darse en lo material y nunca en la esfera moral.

 

Esta es la causa de que el crecimiento moral no haya sido paralelo al progreso material. Dice el Papa:”Ante todo hemos de constatar que un progreso acumulativo solo es possible en lo material. Aquí, en el conocimiento progresivo de las estructuras de la materia, y en relación con los inventos cada día más avanzados, hay claramente una continuidad del progreso hacia un dominio cada vez mayor de la naturaleza. En cambio, en el ámbito de la conciencia ética y de la decisión moral, no existe una posibilidad similar de crecimiento, por el simple hecho de que la libertad del ser humano es siempre nueva y tiene que tomar siempre de nuevo sus decisiones. No están nunca ya tomadas para nosotros por otros; en este caso, en efecto, ya no seríamos libres.

 

La libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un nuevo inicio. Es verdad que las nuevas generaciones pueden construir a partir de los conocimientos y experiencias de quienes les han precedido, asi como aprovecharse del tesoro moral de la humanidad. Pero  también pueden rechazarlo, ya que éste no puede tener Ia misma evidencia que los inventos materiales. El Tesoro moral de Ia humanidad no esta disponible como lo están en cambio los instrumentos que se usan; existe como invitación a la libertad, y como posibilidad para ella".

 

Y continua diciendo Su Santidad Benedicto XVI: "Puesto que el hombre sigue siendo siempre libre y su libertad es tambien siempre frágil, nunca existirá en este mundo el reino del bien definitivamente consolidado.Quienprometeelmundomejorqueduraríairrevocablementeparasiempre, hace una falsa promesa, pues ignora la libertad humana. La libertad debe ser conquistada para el bien  una y otra vez… Una consecuencia de lo dicho es que la búsqueda, siempre nueva y fatigosa, de rectos ordenamientos para las realidades humanas es una tarea de cada generación; nunca es una tarea que se pueda dar  simplemente por concluida. No obstante, cada generación tiene que ofrecer también su propia aportación para establecer ordenamientos convincentes de libertad y de  bien, que ayuden a la generación sucesiva, como orientación al recto uso de la libertad humana y den tambien así,   siempre dentro de los límites humanos, una cierta garantía también para el futuro. Con otras palabras: las buenas estructuras ayudan, pero por sí solas no bastan. El hombre nunca puede ser redimido solamente desde el exterior…”

Son muchas las verdades mencionadas por Su Santidad Benedicto XVI en la encíclica "Salvados en la esperanza" y es imposible referirnos a todas ellas. Apenas hemos rozado esta, relacionada con la libertad humana, porque nos parece que los planteamientos que hace esclarecen de manera inédita el problema moral de la humanidad.

 

 

 

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