SALVADOS EN LA ESPERANZA II
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Inquietudes 12 de diciembre de 2008 |
Es evidente que el progreso, entendido como el progreso cientifico y tecnológico, es vastísimo y vertiginoso, pero debemos
reconocer que la posibilidad del mismo se basa en que se trata de un progreso acumulativo, el cual solo puede darse en lo
material y nunca en la esfera
moral.
Esta es la causa de que el crecimiento moral no haya sido
paralelo al progreso material. Dice el Papa:”Ante todo hemos de constatar que
un progreso acumulativo solo es possible en lo material. Aquí, en el
conocimiento progresivo de las
estructuras de la materia, y en relación con los inventos cada día más avanzados, hay claramente una continuidad del progreso hacia un dominio
cada vez mayor de la naturaleza. En cambio, en
el ámbito de la conciencia ética y de la decisión moral,
no existe una posibilidad similar de
crecimiento, por el simple hecho de que la
libertad del ser humano es siempre nueva y tiene que tomar siempre de nuevo sus decisiones. No están
nunca ya tomadas para nosotros por otros; en este caso, en efecto, ya no
seríamos libres.
La libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un nuevo inicio. Es verdad que las nuevas generaciones pueden construir a partir de los conocimientos
y experiencias de quienes les han precedido, asi como aprovecharse del tesoro moral de la humanidad.
Pero también pueden rechazarlo, ya que éste no puede tener Ia misma evidencia que los inventos materiales. El Tesoro moral de Ia humanidad no esta disponible como lo están en
cambio los instrumentos que se usan; existe como invitación a la libertad, y como posibilidad para ella".
Y continua diciendo Su Santidad Benedicto XVI: "Puesto que el hombre sigue siendo siempre libre y su libertad es tambien siempre frágil, nunca existirá en este mundo el reino del bien definitivamente consolidado.Quienprometeelmundomejorqueduraríairrevocablementeparasiempre, hace una falsa promesa, pues ignora la libertad humana. La libertad debe ser conquistada para el bien una y otra vez…
Una consecuencia de lo dicho es que la búsqueda, siempre nueva y fatigosa, de rectos ordenamientos para las realidades humanas
es una tarea de cada generación; nunca es una
tarea que se pueda dar simplemente por concluida. No obstante, cada generación tiene que ofrecer también su propia aportación para establecer ordenamientos convincentes de libertad y
de bien, que ayuden a la generación sucesiva, como orientación al recto uso de la libertad humana y den tambien así, siempre
dentro de los límites humanos, una cierta garantía también para el futuro. Con otras palabras: las buenas estructuras ayudan, pero por sí solas no bastan. El hombre nunca puede ser redimido solamente desde el exterior…”
Son muchas las verdades mencionadas por Su Santidad Benedicto XVI en la encíclica "Salvados en la esperanza" y es imposible referirnos a todas ellas.
Apenas hemos rozado esta, relacionada con
la libertad humana, porque nos parece
que los planteamientos que hace esclarecen de manera inédita el problema moral de la humanidad.
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