CRISIS ECONÓMICA, LA MORAL Y LA EDUCACIÓN (IX)

 

Inquietudes



Crisis económica, la moral y la educación (IX)

 

Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 

La crisis económica que padecemos, que puede convertirse en crisis social e, inclusive, en crisis humanitaria, debiera hacernos caer en la cuenta de que la responsabilidad antecedente exige ser aprendida, y por lo tanto enseñada. Si comprendemos esto es seguro que nos moveremos a emprender de inmediato acciones pedagógicas para la enseñanza teórica y práctica de conocimientos éticos con fundamentos antropológicos como los enunciados, enderezados a la formación de la responsabilidad antecedente en las personas, como condición de posibilidad para el ejercicio responsable de la libertad de querer, libertad moral, interior  o libre albedrío, que el liberalismo necesita, tanto en su vertiente política como en la económica, para la paz social. Dicho sistema político presume la libertad como capacidad natural del hombre, basándose en la libertad de", cometiendo con ello el error de confundir este concepto con el de la "libertad para", que se refiere a una capacidad humana que debe ser adquirida mediante la educación y el esfuerzo personal, para que el hombre pueda ejercer dominio sobre sí mismo, autocontrolarse, autogobernarse y autodeterminarse a realizar actos enderezados a su bien plenario, que este conformado por el bien individual y el bien social.

 

Como es obvio, la misión educativa es tarea del Estado. Tanto más en este caso, cuanto que se trata de una educación ética, arraigada en la antropología y orientada a la moral de mínimos o moral social, educación que es necesaria para que el hombre pueda construir y vivir en una Sociedad justa y pacífica, que es el objetivo principal del Estado. De ninguna manera proponemos una educación ética que fomente una determinada moral de máximos orientada a la felicidad, sino una que promueva una moral de mínimos como la mejor manera de formar una moral de estructura, como dice José Luis Aranguren, es decir, un carácter virtuoso de las personas que les permita vivir de conformidad con su propia naturaleza corporal, espiritual, racional, libre, social y trascendente.

 

 


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