REFUTACIÓN A SARAMAGO (V)

Inquietudes

 

Refutación a saramago Ateo (V)

Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 

 

Mi opinión es que los sentimientos y pensamientos de desesperación y fracaso del  ilustre escritor, son una consecuencia lógica de su ateísmo, y no responden a una objetiva captación de la realidad de la vida humana. Al respecto pienso que si el lúcido portugués creyera en el Dios cristiano, tendría la “esperanza viable" gracias a la cual los cristianos podemos afrontar el presente sin desesperación ni desesperanza. "El presente, aunque sea un presente fatigoso, dice su santidad Benedicto XVI en la encíclica "Salvados en la esperanza", se puede vivir y aceptar si Ileva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino.

 

Según la mencionada encíclica, esperanza es una palabra utilizada en la Biblia como intercambiable con el vocablo fe, que consiste en "la sustancia de la esperanza y prueba de lo que no se ve". Ahora bien, lo que se espera y no se ve es una vida bienaventurada y feliz, "el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad", donde "el antes y el después no existen", pues es la vida eterna. Allí estaremos en la presencia de Dios, realidad que no conocemos pero a la que nos sentimos impulsados, siendo esto ya, un anticipo y una prueba de la redención o salvación. Esta realidad desconocida pero que vislumbramos y nos atrae con una fuerza que nos ilumina y anima, es la verdadera esperanza, la esperanza cristiana.

 

 

La desesperación y la desesperanza de Saramago, que lo Ileva a exclamar que "estamos atrapados" y "no tenemos salida", tiene una razón de ser: ciertamente, parece que en este mundo ha avanzado y se ha consolidado tanto la injusticia, que ya parece que no podemos esperar justicia ni bondad en esta tierra. La ausencia de estos bienes no puede ser soportada por alguien que no cree en Dios. Los fieles cristianos, en cambio, aunque compartan el escepticismo de Saramago respecto de la justicia y la bondad humanas, son capaces de soportar tel ausencia porque tenemos fe y esperanza en la justicia y la gracia divina ultraterrenas, de las que recibimos una especie de anticipo que nos infunde el ánimo y la fuerza necesaria para enfrentar en este mundo el presente fatigoso e injusto.

 

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