SALVADOS EN LA ESPERANZA I

                                                -inquietudes-6 de diciembre de 2008


“Salvados en la esperanza" (I)



Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 



Me produce una profunda inquietud constatar que ninguno de los medios de comunicación a los que tengo acceso ha hecho referencia alguna a la encíclica "Salvados en la esperanza", del Pontífice romano Benedicto XVI, la cual el día 30 de Noviembre cumplió un año de ser publicada. La raiz de la inquietud está en la asombrosa actualidad de la temática de la encíclica, que aborda con admirable profundidad y claridad asuntos antropológicos y teológicos que están y estarán siempre vigentes, más aún en esta desbrujulada época.

 

 

 

Voy a referirme al tema de la conciencia etica y la decision moral, es decir, al tema de la libertad humana, que es analizada por Su Santidad en lo que respecta al progreso del hombre, tal como se concibe en la época moderna, en la que la esperanza recibe una nueva forma y un nuevo nombre: fe en el progreso, pero el progreso fundado en la ciencia y en la politica científica. Cita el Santo Padre Benedicto XVI al filosofo Theodor W. Adorno, a quien atribuye la drástica expresión de la incertidumbre de la fe en el progreso: el progreso,vistodecerca,seríaelprogresoquevadelahondaalasuperbomba. Pero, siendo este un aspecto del progreso que no se debe disimular, su consideración no hace más que mostrar la evidencia de la ambiguedad del progreso. Esta dimension del progreso "Indudablemente, ofrece nuevas posibilidades para el bien, pero tambien abre posibilidades abismales para el mal, posibilidades que antes no existían.

 

 

 

Todos nosotros hemos sido testigos de como el progreso, en manos equivocadas, puede convertirse, y se ha convertido de hecho, en un progreso terrible en el mal. Si el progreso técnico no se corresponde con un progreso en la formación etica del hombre, con el crecimiento del hombre interior, no es un progreso sino una amenaza para el hombre y para el mundo” (subrayado fuera del texto).

 

 

 

Como quiera que no se puede expresar lo dicho por el Papa de una forma que sea mejor que la de sus propias palabras, transcribiré textualmente el párrafo correspondiente: "23. Por lo que se refiere a los dos grandes temas 'razon' y 'libertad', aquí solo se pueden senalar las cuestiones relacionadas con ellos. Ciertamente, la razon es el gran don de Dios al hombre, y la victoria de la razón sobre la irracionalidad es también un objetivo de la fe cristiana. Pero ¿cuando domina realmente la razon? ¿Acaso cuando se ha apartado de Dios? ¿Cuando se ha hecho ciega para Dios? La razón del poder y del hacer ¿es ya toda las razón? Si el progreso, para ser progreso, necesite el crecimiento moral de la humanidad, entonces la razon del poder y del hacer debe ser integrada con la misma urgencia mediante la apertura de la razón a las fuerzas salvadoras de la fe, al discernimiento entre el bien y el mal. Solo de este modo se convierte en una razón realmente humana. Solo se vuelve humana si es capaz de dictar el camino a la voluntad.

 

Esto solo lo puede hacer si mira más allá de sí misma. En caso contrario, la situación del hombre, en el desequilibrio entre la capacidad material, por un lado, y la falta de juicio del corazón, por otro, se convierte en una amenaza para si mismo y para Ia creacion. Sin embargo, esto no se puede lograr si no esta determinado par un común e intrínseco criterio de medida, que es fundamento y meta de nuestra libertad. Digamoslo ahora de manera muy sencilla: el hombre necesita a Dios, de lo contrario queda sin esperanza. Pero tampoco cabe duda de que Dios entra realmente en las cosas humanas a condición de que no solo lo pensamos nosotros, sino que El mismo salga a nuestro encuentro y nos hable. Por eso la razón necesita de la fe para llegar a ser totalmente ella misma: razón y fe se necesitan mutuamente para realizar su verdadero naturaleza y su misión”.

 


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