CRISIS ECONÓMICA, LA MORAL Y LA EDUCACIÓN (III)

Inquietudes

 

Crisis económica, la moral 
y la educación (III)

            Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO


Luis Carlos Restrepo define la libertad de querer como la capacidad que tiene el ser humano para romper su orden simbólico interno y para proponer nuevos modelos de pensamiento y de acción. Esta ruptura no puede darse si la persona no ha adquirido la responsabilidad antecedente.

 

Los actos de una persona son siempre hechos que se inscriben, ora en el ámbito de la moral, ora en el ámbito del derecho. Si lo primero, son actos morales o inmorales, y si lo segundo, son actos lícitos o ilícitos. La moral y el derecho son dos sistemas normativos que tienen, cada uno, sus propias características. En este análisis nos interesa mencionar solo dos de estas características.

 

 

Primero, la de la coercibilidad del derecho y su opuesto la incoercibilidad de la moral. La coercibilidad es la posibilidad de imponer por la fuerza el cumplimiento de la ley y de sancionar su incumplimiento; y la incoercibilidad, es la imposibilidad de imponer por la fuerza el cumplimiento de las normas morales y de imputar sanciones por su incumplimiento.

 

Segundo, la interioridad de la moral y la exterioridad del derecho. La interioridad alude al hecho de que los actos morales pertenecen preponderantemente al interior del individuo, el cual constituye el llamado fuero interno; y la exterioridad se refiere a que los actos jurídicos se manifiestan en el mundo externo del sujeto, que constituye el llamado fuero externo.

 

La moral, pues, se ocupa del fuero interno del sujeto, y el derecho de su fuero externo, A uno y otro les está vedado ocuparse de fenómenos presentados en el fuero distinto al suyo propio, salvo cuando se trate de ciertos fenómenos subjetivos que constituyen elementos psicológicos de la acción, y por tanto interesan eventualmente al derecho, y a excepción también de que, como ciertamente es, la moral no es indiferente a que los resultados del acto sean justos, o sea, que procuren el bien social.

 

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