DEMOCRACIA Y LIBRE ALBEDRÍO (I)

 

Inquietudes

Democracia y libre albedrio (I)

Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 

 

¿Necesita la democracia educar para la libertad a los gobernados? Planteo la tesis de que el único sistema de gobierno cuyo adecuado funcionamiento exige la libertad de querer, interior, libertad moral o libre albedrío de los gobernados es la democracia. La monarquía funda el orden social en la voluntad del monarca, la oligarquía en las decisiones del grupo de la élite gobernante, la tiranía en los mandatos dictados por el tirano, y la democracia en las normas formuladas par los mismos ciudadanos que se someten a ellas, en forma directa o representativa. Por eso la democracia fue definida por Abraham Lincoln como el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

 

La finalidad que deben tener todos los sistemas de gobierno debe ser la búsqueda del bien común. Pero dictar normas que tengan por finalidad el bien común, o sea, que busquen la realización de valores colectivos, exige como condición sobreponerse al egoismo, a las emociones, a los intereses personales o de grupo, y a los caprichos.

 

Las normas dictadas por el monarca, los oligarcas a el tirano, por definición persiguen el bien particular de los gobernantes, o son dictadas bajo el influjo de sus emociones, intereses o caprichos, de modo que no se caracterizan por su intención real de buscar el bien común.

 

En cambio, es ilógico pensar que el pueblo dicte, el mismo, o le permita a sus representantes, dictar normas jurídicas que sean contrarias a su propio bien, que es el bien común. Pero como el bien común es el bien de todos y no el bien de uno o de algunos, cada persona al tomar la decisión de dictar normas jurídicas -lo mismo que cuando va a realizar actos de naturaleza social- se ve obligada a autocontrolarse, autodominarse, autodeterminarse, a fin de no actuar por egoismo, por emociones, intereses o caprichos. En esto consiste la libertad.

 

Del mismo modo cada ciudadano debe exigir a sus mandatarios en la democracia representativa, dictar normas que busquen realizar el bien común. Por eso hemos dicho que la democracia exige la libertad de querer, interior, libertad moral o libre albedrio de los gobernados.

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