ÉTICA Y ESTADO (VI)

Inquietudes

 

Ética y Estado (VI)

    Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 

Para cerrar el tema de Etica y Estado, hacemos los siguientes comentarios conclusivos: El derecho, solitariamente, come sistema normativo, es insuficiente para lograr el orden social.  El hombre es demasiado complejo para que su felicidad, el progreso, la justicia y la paz social puedan alcanzarse tan solo bajo un régimen que regula la conducta humane únicamente en su dimensión externa y de manera bilateral y coactiva. El hombre tiene tambien una dimension interna, donde operan sus necesidades, sus tendencias instintivas, sus inclinaciones, sus impulsos, sus deseos, sus voliciones, sus sentimientos, emociones y pasiones, sus pensamientos y su libertad. Esta dimensión interior no es de interés para el derecho, salvo cuando se trata de imponer castigos por acciones externas que violan algunas normas jurídicas. Sin embargo, es en este ámbito interior de la vida humana donde se genera, se gesta y se decide el acto humano, que se produce siempre con el fin de satisfacer necesidades del sujeto actor.

 

 

El proceso del acto humano se desarrolla asi: activadas por los estímulos y excitaciones de la realidad, operan las tendencias instintivas y las inclinaciones, que son virtuales y se manifiestan en impulsos y por medio de los sentimientos, emociones, pasiones y deseos. Por sus pensamientos como fruto de su inteligencia, el hombre concibe fines y medios y selecciona de entre estos últimos los que juzga más adecuados para alcanzar el fin que satisface sus necesidades. Seguidamente el hombre, con su capacidad estimativa, hace valoraciones morales de los fines y medios proyectados, elige los que le parecen mejor y, con su voluntad, decide libremente realizar el acto.

 

Todo el proceso descrito se cumple en la dimension interna del hombre, y solo la realización del acto pertenece a su dimensión externa. Por esto hemos dicho que todo acto humano se genera, se gesta y se decide en el interior del sujeto actor.

 

El derecho, como hemos dicho, y por tanto el Estado, que es su gestor y garante, se ocupan de los actos jurídicos, y los actos ilícitos, que son jurídicos y son ilícitos por su aspecto exterior, pero estos últimos por lo general son actos inmorales en su aspecto interior, puesto que es allí donde se engendran y se deciden. Cuando estos últimos actos son numerosos y graves se configuran las crisis políticas, económicas, jurídicas o sociales, las cuales son enfrentadas por el Estado con medidas apropiadas a la naturaleza fenoménica de la crisis. Pero, a las primeras de cambio, reaparece la crisis, vuelve a ser superada y resurge otra vez, volviéndose una crisis recurrente, porque, como también lo hemos expresado, en tales crisis subyace, casi siempre, una crisis moral a la que no se da ningún tratamiento.

 

 

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