CONDUCTA HUMANA

 

-Inquietudes-24 de Agosto de 2007

 

Conducta humana


Por JUAN FRANCISCO PEREZ MERCADO

 


Para vivir, el hombre este impelido a usar su inteligencia y su voluntad. La satisfacción de sus necesidades humanas solo es posible mediante la apropiación de los objetos de la realidad, por lo cual éstos han de ser conocidos por la inteligencia y queridos, buscados y alcanzados por la voluntad.

 

No es tarea fácil. Ante cada deseo suyo el hombre ha de preguntarse que realidad tiene frente a sí, qué objetos de ella constituyen posibilidades para satisfacerlo, y ha de estimarlos y preferir el que le parezca mejor según sus gustos y las normas, inventar medios idoneos y aceptables para apropiárselo, decidirse a buscarlo y actuar en pos de ese objeto preferido.

 

Si uno piensa en la multitud de actos que realiza en su vida -la vida es un quehacer- se da cuenta fácilmente de que, si se atiene siempre al complejo proceso del acto humano, no podría realizar todos los actos que su vida demanda, por la magnitud del esfuerzo que será necesario hacer y por la falta de tiempo para efectuar el proceso completo en cada acto. Empero, la naturaleza sa  bia solucionó el problema: el hombre aprende a realizar irreflexiva y automáticamente los actos que el mismo ha realizado antes con reflexión y cuidado atento.

 

 

Los primeros actos que una persona realiza en cualquier actividad exigen que la persona preste atención a cada paso del proceso para cumplirlo, y esto lo hace cada uno en la medida de su comprensión y habilidades (inteligencia) y de su fuerza de determinación y firmeza (voluntad). Pero después de esos primeros actos y de la repetición de los mismos, la persona aprende a realizarlos sin necesidad de cumplir reflexivamente los pasos del proceso. Entonces, el acto     es realizado automáticamente merced al hábito adquirido.

 

 

Un hábito se define coma la impulsion automática a realizar un acto o una serie de actos a partir de una señal que los pone en marcha. Cada persona tiene innumerables de ellos que operan en su vida cotidiana y sin los cuales su vida no será viable. Los hay de naturaleza motora, afectiva, cognitiva y moral.

 

Pero los hábitos que una persona tiene no se juntan en un mero agregado inconexo, sino quo todos ellos se anclan en una realidad unitaria y concreta cuya función es darle estabilidad a la persona y ser fuente de sus futuros actos. Esta realidad se llama carácter, ethos o personalidad moral, y constituye el modo de ser de la persona. Se pone en evidencia que la acción humana tiene una estructura circular: actos-hábitos-carácter-actos. Los actos repetidos dan lugar a los habitos, los habitos configuran el carácter y del carácter brotan los actos de la persona.

 

 

 

 

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